El período de transición en la Argentina

Según el Diario El Litoral , el nuevo escenario político provocará reacomodamientos, tanto en el oficialismo como en la oposición. Además, es muy probable que los gobernadores del PJ adquieran mayor prestigio.

Cuando ya esté todo dicho y hecho, el domingo 28 de Junio a la noche, la Argentina comenzará a transitar un período de transición que se extenderá hasta finales de 2011 y que estará caracterizado por un emparejamiento de las fuerzas, que pondrá a toda la clase política ante el desafío compartido de mantener el país a flote.
El nuevo escenario político -de acuerdo a lo que pronostican las encuestas- ya no será dominado con exclusividad por el oficialismo kirchnerista, como viene ocurriendo desde las legislativas de 2005, sino que comenzarán a influir con más peso las fuerzas de la oposición, en sus diversas variantes.
La principal característica del período que comienza será, no obstante, el surgimiento de un “empate técnico” entre el oficialismo y la oposición que le permitirá al Gobierno seguir gestionando de acuerdo a su criterio pero, dentro de unos límites mucho más acotados en su margen de maniobra.
El veredicto de las urnas también determinaría una suerte de “atrincheramiento” del oficialismo en la provincia de Buenos Aires, ya que en la zona núcleo del poder nacional quedará prácticamente rodeado por la oposición, que controlará Santa Fe, Córdoba, la Capital Federal y posiblemente Mendoza.
La emergencia de este nuevo escenario político provocará reacomodamientos, tanto en el oficialismo como en la oposición: por empezar, el Gobierno seguramente remozará el Gabinete de Cristina Kirchner, de donde saldrán algunas figuras “gastadas” por el paso del tiempo y otras por las divergencias internas.
Además, es muy probable que los gobernadores del PJ adquieran mayor predicamento.
Podrían incluso formar una mesa chica a la que con el transcurso del tiempo podrían sentarse Daniel Scioli (Buenos Aires), Mario Das Neves (Chubut), Juan Urtubey (Salta), José Gioja (San Juan) y Sergio Urribarri (Entre Ríos).
Por afuera de esa estructura quedarán, a su vez, otras figuras justicialistas como Carlos Reutemann (Santa Fe) y el gobernador Juan Schiaretti (Córdoba), a quienes podrían acercarse el entrerriano Jorge Busti y el bonaerense Felipe Solá, entre otros que buscarán armar un peronismo sin el kirchnerismo.
El devenir de este nuevo proceso político determinará, también, el futuro de Néstor y Cristina Kirchner: habrá que ver entonces si el matrimonio presidencial se contenta con pilotear una transición ordenada o si por el contrario evalúa que tendrá margen para intentar una continuidad en el poder.

Problemas de crecimiento
Pero las divergencias no son patrimonio del pro-peronismo. También están a la orden del día en el “panradicalismo”, muy especialmente en la provincia de Buenos Aires, donde los dirigentes vinculados a Julio Cobos intentan pegar listas colectoras a la fórmula Margarita Stolbizer-Ricardo Alfonsín.
Subyace, por cierto, una puja de mediano plazo: si el candidato presidencial del nuevo radicalismo será Cobos o Elisa Carrió. La líder de la Coalición Cívica parece haber ingresado en una nueva etapa de su vida política, en la que ha dejado de lado su vocación por los pronósticos apocalípticos.“Lo que pasa es que ahora queremos gobernar”, suele explicar Carrió entre sus colaboradores más íntimos. Habrá que ver si los votos confirman ese deseo opositor.
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